icono de la parábola de los Dos Hijos

Jesucristo

Aunque en esta categoría, se encuentren principalmente estatuas del Sagrado Corazón, también presentamos otras estatuas, como la del Niño Jesús de Praga, u otra del Niño Jesús que Santa Teresa de Lisieux apreciaba mucho.
Para cada modelo de estatuas del Sagrado Corazón ponemos varias imágenes; esto permite apreciar mejor las cualidades artísticas como si se tuviera la estatua en la mano girándola de derecha a izquierda. No dude en hacer clic en el botón "Ver el producto". Si entre las estatuas del Sagrado Corazón disponibles en nuestra tienda religiosa, no encuentra el modelo que desea, póngase en contacto con nosotros : tenemos posibilidad de mostrarle otras estatuas de modelos que no se encuentran en esta tienda.
Para honrar al Sagrado Corazón de Jesús, además de las estatuas, encontrará en nuestra tienda religiosa iconos, dípticos y trípticos. Hemos creado una categoría que incluye todos los objetos religiosos dedicados a este tema : Objetos religiosos sobre el Sagrado Corazón
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús debe ocupar un lugar eminente en las familias cristianas. Nuestro Señor prometió a santa Margarita María, bendecir las casas donde la imagen de su Sagrado Corazón sería expuesta y venerada. Podrá encontrar en esta página el díptico religioso dedicado al Sagrado corazón con las doce promesas del Sagrado Corazón.
Si bien en el siglo XIX el culto al Sagrado Corazón floreció extraordinariamente en Francia, pensemos en la basílica del Sacré Coeur, en el siglo XX se extendió por todo el mundo gracias al celo infatigable del Padre Mateo Crawley-Boevey, gran promotor de la consagración de las familias al Sagrado Corazón de Jesús. Esta consagración se ha vuelto urgentemente necesaria dados los virulentos ataques actuales contra la familia, último baluarte de la fe cristiana.
Las revelaciones del Sagrado Corazón a Santa Faustina Kowalska (Jesús Misericordia), pueden ser consideradas como otra modalidad de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús: en este cuadro no se ve el corazón, sino dos haces de luz que brotan del pecho, uno blanco y otro encarnado.